
Tuvieron
que pasar 80 años para que otra institución, la Sociedad de Naciones
(predecesora de la actual Naciones Unidas) aprobara el 26 de diciembre de 1924
la primera declaración de Derechos del Niño. Hoy celebramos el Día Universal de
la Infancia
para conmemorar otros dos pasos en el avance de la protección de la infancia: la Declaración de los Derechos del Niño en 1959 y la
Convención sobre los Derechos del Niño en 1989.
A pesar de la importancia de estos hitos, la Infancia Misionera
tiene sobre ellos una visión más profunda que está muy lejos todavía de ser
comprendida. En esta Obra Pontificia, los protagonistas de la ayuda a los niños
son los propios niños. Los niños no son vistos como sujetos pasivos a los que
hay que asistir, sino como seres humanos que tienen mucho que decir y aportar.

El espíritu de la Infancia Misionera
suscita un tipo de educación en la que se cuenta con los niños, se confía en su
generosidad y capacidad de compartir, y se pide a Jesús que las desigualdades
entre los niños disminuyan para que todos tengan lo necesario para ser felices.
OMP se une a la celebración del Día Internacional del Niño
para celebrar los avances conseguidos en la defensa de la Infancia , pero alza
también su voz para que se siga trabajando en la defensa de los derechos de los
niños, empezando por el que está en la base de todos ellos: el derecho a la
vida.