Ayer, domingo, con la eucaristía en la catedral a las 12:00 del mediodía, dirigida por Monseñor Blázquez, y concelebrada por nuestro Obispo: Don Raúl Berzosa y los sacerdotes participantes en estas jornadas, finalizó el encuentro misionero de Jóvenes de las Diócesis de Castilla y León.
La eucaristía, con una estupenda ambientación musical, era la ceremonia de cierre de estos días en que la Ciudad se ha convertido en un Enclave, en el que reflexionar sobre la fe a la luz de la "Porta Fidei" de Benedicto XVI, acompañando en la distancia las actividades de la JMJ Río 2013. Monseñor Ricardo Blázquez, que ha participado directamente en los eventos acaecidos en Ciudad Rodrigo, se enorgullecía de la acogida y el ambiente del encuentro, resumiendo todos los actos y las catequesis en una homilía con mucho contenido pastoral. "Anoche nosotros sí hicimos vigilia" reconoció, aludiendo al evento del sábado noche, en que los Jóvenes acogieron a todo aquél que quisiera participar (previamente habían "salido" por calles y plazas, invitando a todos, sobre todo a otros jóvenes, a acudir y compartir la fe).Con conexión directa con los eventos en Río de Janeiro, la vigilia se inició a las 10:00 de la noche, con actos preparados por los propios jóvenes en sus talleres y animaciones, y continuó con el rezo en comunión con Brasil.
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| Fotografía tomada del Diario local: Ciudad Rodrigo al día. |
Los jóvenes asistían a la eucaristía ataviados con un polo de color granate, serigrafiado con la imagen del evento, lo que les hacía si cabe aún más visibles en su participación eucarística. "Vienen de toda España,- me decía mi compañera de banco,- y deben ser universitarios o algo así que están de vacaciones"... Le contesté que venían de Castilla y León, alguno por amistad de más lejos, y que se hacían presentes a su manera en los actos que el Papa estaba en estos días compartía con millones de jóvenes de todo el mundo. Por si acaso, Don Ricardo durante la ceremonia remarcó bien claramente: "no hemos estado de juerga". Y ofrecía una reflexión sobre el magisterio misionero e interpelador que el Papa Francisco hace a los jóvenes desde sus homilías en Río.
Tras la eucaristía, foto de familia, última comida juntos, despedidas, y todos a su lugar de procedencia con la ilusión del encuentro compartido y, esperamos, las ganas de transmitirlo a todo el mundo. Gran Trabajo el de los Delegados de Pastoral Juvenil que intervinieron, y de muchos más en la sombra, que propiciaron un gran encuentro. Desde los catequistas voluntarios, hasta el personal y grupos de voluntarios para limpieza y comedores. Esperamos que se repita.
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