Desde este rincón misionero hacemos recuerdo del P. Andrés Fernández Herrero, fallecido
el pasado 6 de noviembre y cuyo funeral tuvo lugar al día siguiente en su
localidad natal, de Puebla de Yeltes.
De ella había salido muy joven para
realizar el noviciado en los Dominicos en Salamanca, siendo ordenado sacerdote
en 1950. Después de varios destinos pastorales, entre los que destaca su labor
como maestro de novicios en Caleruega, fue designado prior del Convento de San
Esteban de Salamanca, en 1965.
Trabajó incansablemente para difundir la
devoción a la Virgen de la Peña de Francia en toda la provincia y en la comarca
cacereña de Las Hurdes, y realizó importantes trabajos de restauración de dicho
Santuario, encomendado a los Padres Dominicos. Se empeñó en favorecer el desarrollo
y atención humana y espiritual de las gentes de la Sierra de Francia y de Las
Hurdes.
Años después se lanza a la misión “ad gentes”, partiendo a Perú en
1970. Allí destacan sus destinos en Lima y en Puerto Maldonado, este último,
Vicariato Apostólico encomendado a la Orden de Predicadores.
En 2012, por
motivos de salud, regresa a España, a la enfermería de los Padres Dominicos en
Villaba (Navarra).
En el funeral por su eterno descanso, Mons. Francisco
González, O. P., Vicario Apostólico emérito de Puerto Maldonado, recordó el
profundo amor del P. Andrés a la Virgen de la Peña, su entrega a los demás, y
su austeridad, que le llevaba a dormir encima de unas tablas, sin colchón.
También indicó que en estos años de enfermedad, eran constantes y numerosas las
llamadas desde Perú para interesarse por su salud, prueba del cariño y buen
recuerdo que le unían a las gentes peruanas. Pedimos que Dios le conceda el
descanso a sus fatigas apostólicas en la Misión. Desde aquí, nuestra oración
agradecida por su entrega.